Salir De Estados Unidos Desata Complicaciones Fiscales

 

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Los estadounidenses que sueñan con una vida menos cargada políticamente en el extranjero deben darse cuenta de cómo las obligaciones fiscales de EE. UU. pueden extenderse a otros países.

 

La próxima contenciosa elección en EE. UU. parece tener a muchos estadounidenses de ambos bandos considerando mudarse al extranjero si su candidato pierde, un tema de una reciente encuesta informal de The New York Times. Incluso antes de las elecciones, un tercio de los estadounidenses en otra encuesta dijo que se mudaría permanentemente a otro país, una cantidad significativamente mayor que hace una generación. Las razones suelen extenderse más allá de la política hacia conexiones familiares o laborales o una elección de estilo de vida.

 

Los datos son imprecisos sobre cuántos estadounidenses se mudan permanentemente al extranjero cada año, aunque la Asociación de Americanos Residentes en el Extranjero afirma que 5.5 millones de estadounidenses viven actualmente en otros países. Los destinos populares incluyen México, Canadá, el Reino Unido, Israel, Vietnam y Alemania.

 

Los impuestos también juegan a veces un papel en la atracción de un país para futuros expatriados: los Emiratos Árabes Unidos se encuentran entre las naciones sin impuesto sobre la renta personal, por ejemplo, y muchos estadounidenses miran a Portugal debido a la exención de impuestos de 10 años sobre ingresos obtenidos en el extranjero.

 

Pero hay más que los estadounidenses deben considerar en relación con los impuestos, y la ciudadanía, antes de mudarse a otro país.

 

Todavía debe declarar impuestos

Si sigue siendo ciudadano estadounidense, aunque viva en otro país, debe presentar impuestos de EE. UU. Esto incluye declaraciones de impuestos sobre la renta, impuestos de sucesiones, impuestos sobre donaciones e impuestos estimados. Debe presentar una declaración si sus ingresos brutos de fuentes en todo el mundo son al menos lo que el IRS establece para su estado de declaración.

 

Parece sencillo, pero la oficina del Defensor del Contribuyente Nacional de EE. UU. informó recientemente al Congreso de los EE. UU. que los contribuyentes en el extranjero enfrentan grandes problemas para cumplir con las obligaciones fiscales estadounidenses, incluidos retrasos de tiempo en la correspondencia y la administración, un “código fiscal complejo” y niveles decrecientes de servicio al cliente del IRS. Los estadounidenses que viven en el extranjero probablemente deberían prepararse para impugnar sanciones por no presentar o por presentar incorrectamente sus declaraciones de impuestos.

 

Si es ciudadano de EE. UU. o extranjero residente que vive en el extranjero, se le otorga una prórroga automática de 2 meses para presentar su declaración sin solicitar una prórroga. Si aún no puede presentar para entonces (generalmente a mediados de junio), puede solicitar una prórroga hasta el 15 de octubre y una prórroga adicional hasta el 15 de diciembre.

 

FBARs
Los ciudadanos estadounidenses que viven en el extranjero pueden tener o pronto adquirir cuentas bancarias y otras cuentas en sus países de residencia. La Ley de Secreto Bancario de EE. UU. establece que generalmente todo ciudadano estadounidense (independientemente de si vive en el extranjero o no) debe informar ciertas cuentas financieras extranjeras, como cuentas bancarias, cuentas de corretaje y fondos mutuos, al Departamento del Tesoro de los EE. UU. La declaración se realiza mediante un Reporte de Cuentas Bancarias y Financieras Extranjeras (FBAR) en el formulario 114 de la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN).

 

El FBAR es anual y se debe presentar el 15 de abril del año siguiente al reportado (se permite una prórroga automática hasta el 15 de octubre). El FBAR se presenta electrónicamente a través del Sistema de Presentación Electrónica BSA de FinCEN y no es parte de una declaración de impuestos federal regular. Para cada cuenta que debe declarar en un FBAR, los registros requeridos son el nombre de la cuenta, el número de cuenta, el nombre y dirección del banco extranjero, el tipo de cuenta y el valor máximo durante el año. Generalmente, debe conservar estos registros durante cinco años desde la fecha de vencimiento del FBAR.

 

Los ciudadanos estadounidenses deben presentar un FBAR anual si el valor máximo agregado de todas sus cuentas financieras extranjeras excede los $10,000. La multa por violación no intencional es de hasta $10,000; la multa por incumplimiento intencional es de hasta el mayor de $100,000 o el 50% del saldo en la cuenta en el momento de la violación.

 

Los expatriados estadounidenses pueden calificar, sin embargo, para la exclusión de ingresos obtenidos en el extranjero, la exclusión de vivienda en el extranjero o la deducción de vivienda en el extranjero.

 

Estas están disponibles para un ciudadano estadounidense que sea residente de buena fe de un país extranjero o países durante un período ininterrumpido que incluya un año fiscal completo; un extranjero residente de EE. UU. que sea ciudadano o nacional de un país con el que Estados Unidos tenga un tratado de impuestos sobre la renta vigente y que sea residente de buena fe de un país extranjero o países durante un período ininterrumpido que incluya un año fiscal completo; o un ciudadano estadounidense o un extranjero residente de EE. UU. que esté físicamente presente en un país extranjero o países durante al menos 330 días completos en un período de 12 meses consecutivos.

 

Para 2024, la exclusión de ingresos en el extranjero es de $124,500.

 

Renunciar a la ciudadanía

El paso definitivo para cualquiera que se mude a otro país es renunciar a la ciudadanía del país que dejan. Para la ciudadanía estadounidense, el proceso comienza con una reunión con un funcionario diplomático o consular estadounidense y culmina con la firma de una renuncia formal de la ciudadanía estadounidense y el pago de una tarifa de procesamiento (actualmente $2,350).

 

Aunque libera al expatriado de obligaciones fiscales en curso de EE. UU. (incluidos los impuestos sobre los ingresos mundiales), renunciar a la ciudadanía estadounidense es irrevocable sin una apelación prolongada. Los expatriados están generalmente sujetos a un impuesto de salida de EE. UU. El expatriado queda sujeto a este impuesto si tiene un patrimonio neto mundial de $2 millones o más en la fecha de expatriación; si su obligación promedio anual de impuestos sobre la renta neta de los últimos cinco años anteriores a la expatriación excede el umbral (para 2024, $201,000); o si el expatriado no certifica que ha cumplido con todas las obligaciones fiscales federales de EE. UU. durante los cinco años previos a su expatriación.

 

Para calcular el impuesto para la mayoría de los activos, se aplica un “régimen de marcado a mercado” como si el expatriado vendiera sus activos mundiales al valor justo de mercado el día anterior a la expatriación y las ganancias por encima de una cantidad de exclusión ($866,000 en 2024) están sujetas al impuesto sobre las ganancias de capital de EE. UU. Algunas cuentas diferidas de impuestos, como cuentas de jubilación individuales tradicionales, Roth IRA, cuentas de ahorros para la salud, planes de ahorro universitario 529 y otras, se consideran totalmente distribuidas, y el monto total está sujeto a impuestos como ingresos ordinarios.

 

Además, la tributación de los elementos de compensación diferida depende de si son compensación diferida elegible o no elegible. Las distribuciones de ingresos de fideicomisos no otorgantes a expatriados están sujetas a una retención del 30% en el momento de la distribución, y los expatriados también están sujetos al impuesto sobre los ingresos netos de inversiones del 3.8%.

 

Hay mucha información fiscal que cubrir al convertir la fantasía de mudarse a otro país en realidad. Su especialista fiscal debe estar al tanto de esto y de muchos otros temas relacionados con la riqueza, los ingresos extranjeros y la aplicación de impuestos. Si podemos ayudarle, por favor háganoslo saber.

 

 

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